sábado, 3 de abril de 2010

LAS BRUJAS, Roald Dahl


Roald Dahl
Las brujas
col. Biblioteca Roald Dahl
México
Alfaguara Infantil
2006


Es un mito que se hayan extinguido o que nunca existieron. No son otras que las que ahora educadamente llamamos "adultas en plenitud", pero peores. Éstas no sólo constituyen un peligro tras el volante y en la cola del súper. Que no te engañen con sus encantos, pues pueden hacerte mucho mal. Como le pasó a Luke quien, atontado como estaba por el cariño hacia su abuela, jamás imaginó que mujeres con esa apariencia de indudable bondad pudieran querer lastimar a nadie, mucho menos a los niños. Pero lean con atención: ¡los niños son su principal presa!
No se pierdan este libro de Roald Dahl (es más, a ver si su abuela se atreve a leérselos), salen muchas brujas que parecen viejitas, viejitas que bien podrían ser brujas (pero no todas lo son), niños (malcriados y otros curiosos) y algunos memorables ratones.
No digo más, conozcan la historia por ustedes mismos. Si les gusta y sobreviven al espanto, busquen la película. Sí, ya sé, salió antes de que muchos de ustedes nacieran, pero ese no es mi problema.

viernes, 19 de marzo de 2010

El Morbito, núm. 1


Esta página corresponde al periódico El Morbito, núm. 1, donde tengo a bien participar con una columna mensual. Léanlo si quieren.

El Carcamán abre su blog

Lo que tiene que hacer un anciano para hacerse escuchar. No bastan ya todos los letreros sembrados en mi jardín, ni las peticiones (dulces, violentas o sinceras) a mis vecinos de que se alejen, la gente sigue queriendo hacerme preguntas y conocer mi opinión.

No es fácil tener casi 90 años, que se los digo yo. Y muchos quizá no sepan por qué a alguien le importaría mi opinión de nada (a mí no me queda claro: si a usted tampoco, por favor, hágamelo saber, en una de ésas los convencemos a todos y me dejan tranquilo y en paz).

En ese caso, aprovecho la ocasión para hacerme oír y decir todo lo que no me parece. Yo no me resisto a la tecnología como tantas otras personas en plenitud como yo. A mí nada me da miedo, mucho menos los códigos binarios.

Tengo con este blog la ventaja de la bendita soledad. Así que léanme con atención y escuchen, pero no esperan más de mí ni se hagan ilusiones, que en la vida he tenido una relación recíproca. Nadie mejor que Maullolo les podrá decir de qué hablo, si es que no fuera un gato (los gatos no hablan).